miércoles, 18 de agosto de 2010

Hermanos del alma


Carlos Machado Allison

Publicado en El Universal, 17 de agosto de 2010



Ahora resulta que somos hermanos del alma y que a partir de esta semana y por toda la eternidad, las relaciones con Colombia tendrán más armonía que los conciertos de Daniel Barenboim. El talentoso Daniel es un judío argentino, de origen ruso, que cuenta además con nacionalidad israelí y española, pero también es ciudadano palestino. Hace unas horas Santos era un horrible oligarca, enemigo, explotador del pueblo colombiano, agente del Imperio, conservador y peor que Santander, Páez y Mezerhane juntos. Ahora es mi hermanazo y desde hoy y hasta las elecciones, sólo flores y elogios recíprocos. Elocuente pragmatismo político y por ello merece una felicitación. Colombia tiene en Venezuela un buen cliente y nosotros necesitamos con desesperación alimentos, repuestos para automóviles, medicinas, pasta de dientes y hasta arequipe. Ahora, aquellos que sintieron odio, que se desgañitaron en la Asamblea y en el canal del gobierno, están rebobinando las neuronas para ajustar, una vez más el discurso. Lula, gran ganador en el comercio con Venezuela, debe estar arrepentido por andar de mediador ya que traer una vaca de Colombia es más barato que hacerlo desde Brasil, aunque allá el precio sea mejor.¿Por qué no ofrecerle a Barenboim la cartera de Relaciones Exteriores?

Ni mejorar las relaciones con Colombia, ni seguir importando comida desde Brasil, Argentina, Uruguay, China, los Estados Unidos y otros países, nos salvará de la dependencia en materia de alimentos, la escasez de algunos rubros, la inflación o la menguada provisión de divisas. Sin desestimar el acuerdo, ¿quién no quiere paz y armonía entre vecinos? Colombia seguirá su rumbo y Venezuela seguirá zozobrando en el suyo. Tal como señalaba en estos días el presidente de FEDEAGRO, la producción de arroz y papa seguirá descendiendo, la de maíz no será tan buena como tres años atrás, el café en la ruina y como todo el mundo sabe, la de bovinos apenas al 50% de su capacidad. La única buena noticia es que la inflación en alimentos, con suerte, no aumentará tanto como en el primer semestre porque los pobres comprarán menos o comerán piedras. Este socialismo cuesta más que un programa espacial.

Sin tapujos, dijo en su interminable programa dominical, que seguirá avanzando en el control gubernamental de la producción, importación, procesamiento y distribución de alimentos hasta copar el 50%. También ha asegurado, sin rubor, que el único propietario de la tierra es el Estado y aquí eso es lo mismo que gobierno y el gobierno es lo mismo que el partido y que un solo hombre le da órdenes a todos. Así que, con abrazos o amenazas, aquí las cosas no serán muy distintas hasta las elecciones y después de ellas ya veremos si se iluminan algunas mentes y el gobierno, que ya mostró su vena pragmática, a lo mejor reconoce que existen varios millones de ciudadanos que al no ser ni militares, ni revolucionarios, quieren vivir y trabajar en paz y con libertad.

martes, 3 de agosto de 2010

Manuela y Pepita


Carlos Machado Allison

El Universal, 3 de agosto de 2010




¿No le correspondería a la criolla Pepita el rango de coronel?

Con gran parafernalia llegó un poco de tierra de Paita, en Perú, donde murió Manuelita Sáenz de difteria en 1856. Manuelita ya tenía fama y reconocimiento cuando Bolívar la conoció en 1822. Hija de un hidalgo español y una criolla, seducida primero por Fausto D'Elhuyar y casada luego con James Thorne en Lima, abrazó temprano la causa independentista y San Martín así lo reconoció. Cuando lanzó flores y laureles a la caravana que encabezaba Bolívar, el ramo cayó sobre la casaca y allí nació el romance. Bolívar tuvo buen número de amantes, pero sin duda la quiteña Manuelita es la más conocida. Es la amante del Bolívar triunfante, compañera en los años de gloria.

Justo sería traer algo de tierra del cementerio de Achaguas donde descansan los restos de Pepita Machado, la amante de los años duros y preñados de derrotas. De allí la protesta de Eduardo Hernández Carstens. Poco se sabe de ella. La hermana de Bolívar señaló que se trataba de la hija de un canario encumbrado, pero en mi familia ha circulado por generaciones una versión diferente. El formar parte de las 12 jovencitas que recibieron en Caracas a Bolívar en 1813, también con flores y laureles, hace pensar que formaba parte del mantuanaje caraqueño. Otra versión señala que Pepita era prima de Soublette. Mi padre, Eduardo Machado, disfrutaba contando que existieron unas cartas de amor quemadas por la furibunda doña Mercedes Machado de Paz y Castillo, debido a que Bolívar no se casó con Pepita a pesar que la abnegada mujer lo acompañó por seis infortunados años, una versión compartida por el poeta y pariente Fernando Paz Castillo. Agregaba mi padre que la indignación de Mercedes estaba asociada al gasto de unas morocotas en Los Cayos y lo que le quedaba, en Angostura. Pepita lo sigue por los llanos y muere en Achaguas, de tuberculosis, en 1820.

Rumor

¿Sería Pepita, como Manuela, una hija habida fuera del matrimonio? También circuló ese rumor en mi familia y quizás, dado que don Carlos Machado no sólo había sido Corregidor, sino que en 1813 fue designado como primer Canciller de la República, es posible que se ocultara en lo posible el origen de Pepita.

Sin duda a Bolívar le gustaban las oligarcas, a fin de cuentas procedía de una familia de rancio abolengo: en México fue la "Güera", es decir la rubia Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio; en Francia Fanny de Villars hija del Barón de Tobriand. Luego Therese Lesnais, Anne Lenoit, Isabel Soublette, Bernardina Ibáñez, Bendita Natal y Janeth Hart. Entonces, ¿no le correspondería a la criolla Pepita por lo menos el rango de coronel ya que a Manuelita le otorgaron el de general? A lo mejor el año entrante, cuando estemos conmemorando los eventos del 5 de julio de 1811, recuerden a la fiel Pepita. Es más barato traer una tierrita de Achaguas que hacerlo desde Perú y creo que algún dividendo electoral se podría lograr, pero sin duda la operación tendría mayor riesgo ya que a lo mejor habría que pagar peaje.

martes, 20 de julio de 2010

Palo parejo


Carlos Machado Allison

Diario El Universal, 20 de julio de 2010



A pesar de su pasión por eventos, panteones y actos heroicos, el señor presidente y su equipo están empeñados en ser recordados como el peor gobierno de nuestra historia republicana. Tanto así, estimado lector, que si usted cree que ser el único o el más afectado, el más vilipendiado o agredido por el gobierno, permítame señalar que probablemente está equivocado. Los dueños del poder han distribuido sus agresiones de un modo bastante uniforme entre la sociedad venezolana y sus instituciones. La lista es impresionante e incluye sindicatos, universidades, productores agropecuarios, industrias y comercio. No se salvan la Iglesia Católica o los judíos, tampoco los profesores, empresarios, colegios profesionales, la educación privada, las gobernaciones, municipios, las policías locales, los usuarios del metro, los enfermos, médicos u hospitales. También cientos de miles de muertos, heridos, hurtados o secuestrados por el hampa. El Cardenal no es el único sobre el cual se ha descargado la ira del régimen.

Víctimas son 28,5 millones de venezolanos que sufren la incesante inflación, episodios de desabastecimiento de alimentos, escasez de medicinas o carencia de repuestos para vehículos. Cierto es que algunos que han recibido más palos que otros, así entre las 700 o más propiedades rurales intervenidas, recuperadas o expropiadas, han sido los productores de ganado bovino y caña de azúcar los más afectados, pero ahora les tocará su cuota de leña a los pequeños productores de hortalizas y frutas, no sólo por que les caerá una nueva decisión burocrática, sino porque muchos laboran tierras alquiladas. Miles de ciudadanos pobres sufren, día a día, el impacto de la furia rojita. Ni Santa Manuelita los perdonará.

Como Stalin y Mao pero con otro estilo, el actual régimen, también va contra la propiedad privada. Uniforme la verborrea de sus seguidores, que repiten dogmas y letanías para agredir o defenderse. Siempre comparan – como si eso fuera una justificación – sus desastres con alguno del pasado. Que si Iglesia Católica era terrible en los tiempos de la Inquisición, que si fueron los oligarcas quienes crucificaron a Cristo; que peor eran la SN y la GESTAPO que los actuales organismos de represión. Que si los gringos invadieron México en el siglo XIX, que también había corrupción en la IV República o que Páez era tan traidor como Henri Falcón. Los burgueses, escuálidos, oligarcas y ahora, también los curas del siglo XVIII, son los responsables de la crisis eléctrica, el dengue, la falta de agua y los “saboteadores” – el calificativo predilecto de Stalin cuando nunca se lograban las metas de producción- los que han acabado con el metro, los puentes y las carreteras. La Asamblea le dedica toda una sesión a la descalificación de la Iglesia, pero ni un minuto al desastre de los contenedores. No perciben que cuando la cuidadosa jerarquía eclesiática se manifiesta, es porque agua corre y suenan las piedras del río.

Foto: Anabelle Domínguez

martes, 6 de julio de 2010

Un país de tercera



Publicado en El Universal, martes 6 de julio de 2010

Carlos Machado Allison

Hace unos días escuché por radio la reposición de un programa de Uslar Pietri. Aquellos en los que hizo esfuerzos por educar masivamente de modo entretenido. Señalaba que para llegar a ser un “país de primera” era indispensable tener “universidades de primera”. Es decir centros de educación superior donde se combina la docencia con la investigación, en las que se respira un clima académico y la calidad permite la formación de profesionales competitivos, críticos, con sensibilidad social y conocimientos actualizados. Calidad significa que además de excelentes profesores, formados al más alto nivel, deben tener bibliotecas, campos deportivos, comedores, edificaciones, laboratorios y jardines que inspiren y fijen en el joven estudiante, desde el primer día, nuevos horizontes y metas superiores de vida.

No conocemos país alguno que haya abandonado su pertenencia al tercer o cuarto mundo sin semilleros de calidad: Harvard, Oxford, La Sorbona, Montpellier, Salamanca, para citar algunas universidades, fueron y son símbolos del progreso mundial. Gobiernos y empresarios, egresados y hasta donantes anónimos cuidan que estas organizaciones persistan y preserven su gran capital humano ya que del conocimiento generado y de los profesionales allí formados, depende que su nación siga siendo miembro del primer mundo.

Aquí está ocurriendo todo lo contrario: nuestras mejores universidades y los centros de investigación de excelencia, son estrangulados tanto en lo económico como en lo ideológico, mientras se dirigen importantes recursos a instituciones masificadas en las que cosas como la libertad y la calidad están ausentes. Los bajísimos salarios y el deterioro causado por el acoso contra las universidades, produce atroz fuga de talento y abatimiento de la calidad. Tan sólo en el año 2009, el número de publicaciones científicas de Venezuela de acuerdo al ISI disminuyó 14% (ver Requena, 29 de junio en Tal Cual). Caída cónsona con el deterioro la industria, la agricultura, el comercio y los servicios. Abandonan el país docentes, investigadores y jóvenes profesionales, a contrapelo de lo usual, es decir la fuga de los más pobres y con menor capacitación. España, México, Colombia, Costa Rica, Panamá, los Estados Unidos, Canadá y Australia figuran entre los que han recibido el producto de millones de horas-hombre de estudio, formación y en algunos casos, también de una larga experiencia. A realazos, la política vigente, se pueden reponer los alimentos descompuestos de los famosos contenedores, pero no se puede reponer el capital humano perdido. Seremos fatalmente un país de cuarta categoría.

Esto no es casual, no son torpezas. Destruir la intelectualidad y abatir la calidad de la educación es un claro objetivo político. Un gobierno como el nuestro no necesita talento o libertad, necesita seguidores fieles y sumisos. Ya tiene sus generales, ahora sólo requiere milicianos que cumplan órdenes sin cuestionar.

martes, 22 de junio de 2010

La punta socialista del iceberg

Publicado en El Universal, 22 de junio de 2010

Los contenedores con alimentos, vencidos o descompuestos, son apenas la punta del iceberg del socialismo del siglo XXI. Una réplica de lo ocurrido en el pasado en muchos países donde, en forma parcial o total, el aparato gubernamental suplanta, con sus monopolios, las actividades del sector privado erosionando los derechos de propiedad, perpetuando la pobreza y nutriéndose de ella. Basta de declaraciones individuales y aisladas en la prensa, radio y televisión sobre eventos particulares.

Los ciudadanos ven los resultados y las encuestas lo reflejan: (1) elevadísima inflación derivada de la baja producción nacional consecuencia de los atentados contra la propiedad privada; (2) episodios de desabastecimiento por la fractura de las cadenas productivas, el control de precios y divisas, así como la pesada administración de permisos de importación; (3) crecimiento inusitado de la importación de alimentos y construcción de un sistema agroalimentario paralelo plagado de oportunistas y empresarios improvisados; (4) costosa e incompetente trama burocrática, para ejercer control y sustituir al sector privado; (5) perturbación de las relaciones laborales con sindicatos paralelos para destruir los sindicatos disidentes y luego tomar posesión de las empresas afectadas y (6) una campaña destinada a destruir la imagen y la estructura de las principales empresas privadas.

Mientras el gobierno aniquila todo lo preexistente para construir el socialismo, los líderes de la oposición guardan silencio ocupados en prepararse para las elecciones de septiembre, o lo hacen por el temor de ser acusados de defensores de los “burgueses ricos”. Esa actitud pusilánime genera precisamente lo que el gobierno desea, es decir la desmoralización de quienes, opuestos al gobierno, demandan un liderazgo fuerte y claro en sus objetivos. Millones de personas esperan más de la Mesa Democrática, demandan posiciones firmes ante los ataques a Polar, a Globovisión y sus ejecutivos, ante el cierre de las casas de bolsa, las expropiaciones y confiscaciones o el empleo de tribunales para silenciar voces disidentes; millones exigen posiciones nítidas frente a la irresponsabilidad y la corrupción, la ingerencia de otros países en nuestros asuntos y el deterioro de los sistemas de salud y educación. Todos entendemos que la oposición es plural, que en la Mesa Democrática existe una mezcla de ideologías diversas y que es difícil preservar la unidad. Pero llegó el momento de la verdad, llegó el tiempo de hablar y actuar para salvar al país de la debacle. Así como el presidente rechaza y condena a quienes no le obedecen ciegamente, la dirigencia opositora debe adoptar, sin ambages, una clara posición ideológica en defensa de la libertad, la democracia, la propiedad y los demás derechos humanos. Para los disidentes de ambos bandos, los que aspiran a un socialismo no militarista, ya se abrió un espacio para la actuación política.

martes, 8 de junio de 2010

Poder para destruir

Publicado en El Universal, 8 de junio de 2010


El 18 de noviembre de 1978 ocurrió el suicidio colectivo de Jim Jones y más de novecientos seguidores en Guyana. Él se creía y así lo proclamaba, una reencarnación de Jesucristo, Buda y Lenin. Al ejecutar la masacre clamó: “esto no es un suicidio, es un acto revolucionario” y así desapareció Jonestown, el Templo del Pueblo y todos los bienes que Jim le había quitado a sus seguidores.

Desde los tiempos de Juan Vicente Gómez ningún gobierno ha tenido tanto poder como el actual, pero en aquellos tiempos Venezuela era casi una hacienda. Un pobre país palúdico, chagásico y malnutrido. Gómez no contaba con la montaña de dólares que ha ingresado al país, ni con la infraestructura creada durante la IV República o con los recursos humanos formados a muy buen nivel por las universidades autónomas y las privadas. Gómez, López Contreras, Medina y Pérez Jiménez, también militares, más no fanáticos, dejaron algo para el recuerdo: los ministerios de agricultura y de salud, las carreteras, la modernización de ciudades, los primeros museos, la Ciudad Universitaria. Con ellos creció el comercio, se inició la industrialización del país y de una limitada cultura rural, nos acercamos un poco al resto del mundo.

Hubo represión, cárcel y exilio, pero a ninguno se le ocurrió echar abajo los edificios que construyó Guzmán Blanco, destruir las empresas productivas y o regalarle dinero o petróleo a otros países. Hubo corrupción, una constante en nuestra historia, pero algo iban dejando para la siguiente generación. Con excepción de la guerra federal, a ninguno de los sátrapas de los siglos XIX y XX, se le ocurrió fracturar al país en dos, explotar las frustraciones, estimular las rencillas y sembrar tanto odio como el que estamos viendo en nuestros días. Cierto que más de una vez cerraron alguna universidad o varias veces a la misma, porque a no pocos gobernantes, les enfermaba la existencia del talento y la libertad para ejercerlo. Las cerraban por un tiempo, pero no las destruían. Sólo frustración y odio, hermanados con ignorancia y fanatismo de secta, puede explicar que antiguos alumnos y profesores, investidos como ministros, hagan un esfuerzo tan grande para destruir todo lo que huela a calidad y civilismo.

Ningún gobierno trató de liquidar empresas, iglesia, opositores, sindicatos, medios de comunicación social, artistas, gremios, universidades y estudiantes al mismo tiempo. Tampoco recordamos la enemistad con tantos países o que hayan tenido como objetivo la destrucción de la nación y sus instituciones, se conformaban con el trono temporal y hasta rectificaban cuando cometían errores graves. El poder de actual gobierno es tan grande que rectificar le sería fácil, pero como ese poder ha sido construido sobre una ideología, sobre un credo fanático, algunos quizás prefieran terminar como Jim Jones, antes de cambiar. Pero la mayoría de los venezolanos, y hasta algunos ministros, lejos de ser fanáticos, o suicidas, prefieren el culto a “Viva la Pepa”.

sábado, 22 de mayo de 2010

Venezuela: sistema agroalimentario en crisis




El sistema agroalimentario venezolano se encuentra en crisis. La misma no tiene relación alguna con la oscilación de los precios internacionales, los biocombustibles, el calentamiento global, los problemas económicos de la Unión Europea, la supuesta crisis del sistema capitalista o con fenómenos de acaparamiento o especulación, que, hasta ahora, han sido las explicaciones preferidas del gobierno.

Los hechos son otros y la evidencia no puede ser más nítida:

(1) La producción nacional per capita ha venido descendiendo en forma continua en muchos rubros: carne, caña de azúcar, frutas, raíces y tubérculos. Aumentó en cereales, huevos, pollos de engorde y cerdos hasta el 2008, pero el año pasado se registró un fuerte descenso en maíz y moderado en arroz, debido a factores climáticos;

(2) La capacidad adquisitiva del venezolano aumentó entre 2005 y comienzos del 2009 impulsada por un elevado ingreso petrolero y las políticas salariales que, en efecto, en algunos años ubicaron los incrementos del ingreso a la par o ligeramente por encima de la inflación;

(3) En el último trimestre de 2009 y primero de 2010 se abatió esa capacidad de compra y el consumo disminuyó alrededor de 2,2%, lo que, tabulado per capita, se ubica en 3,8%. En los primeros meses de 2010 los industriales de los alimentos señalan abatimiento en las ventas de un cierto número de rubros.

(4) Al cierre del 2009, aún cuando las cifras oficiales no han sido publicadas, la producción agrícola descendió entre 5 y 9%, tanto en valor, como en tonelaje, si aceptamos como válidas las cifras de las distintas asociaciones de productores (maíz, caña de azúcar, arroz, carne bovina, etc.). El crecimiento poblacional fue de 1,6% (INE) y muy pocos fueron los rubros que crecieron a esa tasa.

(5) Un buen número de productores no puede competir con los alimentos importados a tasa subsidiada (primero 2,15 y ahora 2,60 y 4,30) ya que la paridad (PPA) es decir lo que compra un dólar en Venezuela y lo que compra en el exterior se encuentra entre 5 y 6.

(6) La tasa anualizada de inflación es la mayor de América Latina. En el mes de abril el IPC promedio superó el 5% y el correspondiente a alimentos alcanzó la enorme cifra de 11%. Los estimados para el cierre del 2010 no son inferiores al 35%. El incremento en el salario mínimo aplicado en mayo, no compensa la inflación en alimentos. Dado que los estratos D y E de la población destinan una proporción importante del ingreso familiar a los alimentos, esos fueron los grupos más afectados. El gobierno compensa este impacto a través de las casas de alimentación, distribución gratuita de alimentos y ventas subsidiadas en PDVAL y MERCAL.

(7) El gobierno, a través del INTI y de las fuerzas armadas, sigue utilizando cuanta figura existe en las leyes, o fuera de ellas, para confiscar fincas o empresas procesadoras. Más de 2,5 millones de hectáreas han sido afectadas, ha sido anunciada la adquisición de MONACA y previamente lo hicieron con la cadena de distribución ÉXITO, Los Andes, y hace unos días, FAMA de AMÉRICA, una de las empresas agroindustriales más antiguas del país. En la lista parece que sigue FRIOSA.
Las empresas de Guayana viven una crisis permanente y algunas o han sido cerradas o producen mucho menos que hace cinco años. Los distintos modelos socialistas de producción primaria han fracasado (cooperativas, fundos, etc.). Los cambios en la ley de tierras no hacen otra cosa que incrementar la fragilidad de los derechos de propiedad y el poder del gobierno sobre los individuos.

(8) De modo continuo, para justificar ante la población los episodios de escasez o desabastecimiento, el INDEPABIS, con el apoyo de las fuerzas armadas, confiscan alimentos como ocurrió recientemente en POLAR. Otro sector donde ha sido noticia la intervención del gobierno, en éste caso con arrestos ilegales en el sistema de justicia militar, fueron las carnicerías.

(9) Entre las últimas medidas se encuentra la intervención del mercado cambiario de permuta. El mismo fue creado por el gobierno como mecanismo de escape a las restricciones impuestas por CADIVI para el acceso a las divisas. Al cerrar éste mercado, de cual se nutría con el 30 ó 35% de los importadores que no tenían acceso a los dólares a 2,60 o 4,30 y sin saberse cómo y cuando se abriría el nuevo sistema a través del Banco Central, se ha interrumpido el flujo comercial. Dado que las empresas mantienen inventarios bajos (si son elevados son acusados de acaparadores) es de esperar que el porcentaje de desabastecimiento que ha oscilado entre 14 y 18% en los últimos meses, probablemente aumentará.

(10) Las proyecciones macroeconómicas para el 2010 no son buenas. El gobierno aumentó en 2008 y 2009 la deuda interna y externa, los bonos venezolanos han bajado en los mercados internacionales y el riesgo país ha subido. Más del 90% de las divisas proceden exclusivamente del petróleo. Las exportaciones no tradicionales han disminuido a la mitad. La tasa de desempleo ha aumentado. Chile, ubicado entre los diez primeros países en el índice de libertad económica puede obtener crédito al 2%, Venezuela a más de 11%. Nuestro país se encuentra ubicado entre los diez peores tanto en los índices de competitividad como los de libertad económica. El nivel de confianza ha disminuido y con él, las inversiones.
Hace unos días tres economistas de gran prestigio y seriedad en sus apreciaciones señalaron que no importa que medidas cambiarias se tomen, todas fracasarán. Lo harán porque el problema de la cambio y las divisas son apenas una manifestación de la profunda fractura que sufre la economía venezolana. En cualquier otro país la destitución o renuncia de los ministros de la economía hubiera ocurrido hace tiempo.
Las empresas agroindustriales y los productores practican afanosamente una “gerencia de crisis”, revisando casi diariamente sus tácticas, negociando con el gobierno bajo un clima de intimidación y amenazas, y gastando mucho más de lo debido, para cumplir con la permisología derivada del paquete de leyes destinado a erosionar al sector privado.

Todas las medidas del gobierno, por absurdas que parezcan por su impacto negativo sobre la producción, productividad, inflación y flujos de abastecimiento, son muy consistentes y claramente alineadas en el “camino al socialismo del siglo XXI”. De allí que no sólo sea el sector productivo privado el afectado, sino también las universidades autónomas, el arte y en general el ámbito cultural, o cualquier manifestación de libertad de opinión y acción, que está sometido a un estrangulamiento económico, frecuentes agresiones y actuaciones sesgadas del poder judicial.

martes, 11 de mayo de 2010

Elemental, querido Watson

Diario El Universal, 11 de mayo de 2010

Cada vez que Sherlock Holmes hacía una deducción basada en lo observado, le decía a su inseparable amigo: “Elemental, querido Watson”. Lo que está ocurriendo con la comida en Venezuela es también elemental, no hace falta ser agudo analista, economista de alto vuelo o ministro de planificación para entender por qué esta semana no hay leche, hace quince días no había azúcar, la mantequilla nacional es más cara que la importada y los carniceros han sido, al igual que la Constitución, humillados por INDEPABIS y la fuerza armada. Tampoco se requiere gran profundidad de análisis para saber que el cacareado “salario mínimo más elevado de América Latina”, alrededor de 40 bolívares diarios, no alcanza para comprar medio kilo de aguacate, medio de tomate y un par de cebollas.

Sherlock le explica a Watson: -“De todos es sabido, dilecto amigo, que nadie está dispuesto a vender por debajo del precio en que compró, salvo el gobierno que puede tomar tus impuestos y la renta del petróleo para perder dinero en cada operación. Pero también de todos es sabido que si el gobierno procede así todo el tiempo, al final –gobierno y ciudadanos- estarán arruinados. También es elemental que cuanto más raro sea un producto, más caro pagaremos por él. El oro es más caro que el agua porque existe en menor cantidad y cuando el número de panes, bolsas de azúcar, cartones de leche o kilos de carne es menor de lo que la gente necesita, entonces el precio aumenta.

-“Además, querido Watson, si el gobierno en lugar de promover la producción, le quita la tierra a los productores, la acapara ya que tampoco se la da a los campesinos y además crea un monopolio de importación, será fatal que aumente la escasez, el precio o las dos cosas juntas. Además si el gobierno aumenta el salario, pero no crece la producción, habrá más dinero para comprar y menos productos para vender.

¿Entonces los dólares que entran por el petróleo se van en comida? Sherlock asintió: “En comida, bebida, plantas eléctricas, armas, automóviles, repuestos, celulares, ropa, comisiones y muchas otras cosas más. –“Pero no importa, entran muchos dólares por el petróleo”, Ripostó Watson. -“Por ahora, mi querido amigo, pero no todos vivimos del petróleo y así como usted necesita pacientes para curar y yo crímenes para investigar, el campesino necesita su propiedad para producir y el verdulero tomates para vender. Si el gobierno se hace dueño de todo, al final nada queda para los ciudadanos.” Hizo una pausa, atisbó por la ventana para observar al agente encubierto que lo vigilaba y continuó: “Lo que sí es cierto querido Watson, es que con esta situación, Usted y yo vamos bien. Cada día hay más enfermos que curar y crímenes que resolver.”

-Pero, ¿con qué nos van a pagar los clientes, si estarán todos arruinados? Sherlock se puso la bata de terciopelo de un rojo rojísimo, suspiró con tristeza y señaló: Brillante deducción querido Watson, creo que en efecto no pagarán.

domingo, 9 de mayo de 2010

Inflación en alimentos y la culpa del gobierno





La inflación promedio en abril fue de 5,2%, pero la de los alimentos y bebidas se disparó al 11,2% de acuerdo al Banco Central de Venezuela. Cualquiera de las dos cifras resulta aterradora para los ciudadanos, pero muy especialmente para los pobres que concentran su gasto en comida y transporte. Para ellos, que son la gran mayoría de los venezolanos, la inflación promedio del mes fue 8,4%, es decir les rebajaron el sueldo, la pensión o el ingreso en ese mismo porcentaje. En los primeros cuatro meses del 2010, los venezolanos son 15% más pobres que en diciembre. Pero además también son más pobres porque también el PIB viene en descenso.

Las cadenas agroalimentarias venezolanas están enfermas. El país está enfermo. No existe un circuito agroalimentario en que no tenga uno o más eslabones intervenidos, abatidos, confiscados o simplemente destruídos por el gobierno. El ministro de alimentación no pudo haber sido más nítido y preciso cuando al salir de una reunión con algunos agentes económicos que laboran en el mercado de la carne (buena parte de los productores primarios ausentes) sentenció más o menos así: mi comandante presidente decidió que la comida no es mercancía y luego, difícil esperar otra cosa, amenazó al sector privado con confiscarles sus propiedades o negocios.




Así de simple, una sola persona ha borrado instantáneamente diez milenios de la historia universal.

Como todo el mundo sabe y bajo cualquier interpretación ideológica o económica, los alimentos han sido mercancía desde el Neolítico, cuando el hombre "inventó" la agricultura y con ella creció el comercio entre los pueblos, eso aparentemente nunca existió de acuerdo a la política del gobierno. Para eliminar ese conocimiento no basta con una orden, también es necesario evitar que se difunda y para ello, el gobierno está empleando otros instrumentos: acorralar a las universidades, empobrecer a los profesores para que abandonen sus cátedras y se dediquen a la buhonería o procuren algunas horas en las nuevas universidades donde el único pensamiento que puede ser difundido es el oficial. Por éste camino pronto estará proscrita la teoría de la evolución, desde luego toda referencia a la teoría económica, las estadísticas serán (ya casi lo son) secreto de Estado y la historia, como señaló un peculiarísimo funcionario, será reescrita ahora que tiene en sus manos los archivos de Bolívar y Miranda. Más difícil será ocultar las ideas de Newton.

Ese mismo día el presidente, por televisión, amenazó de nuevo al sector privado y lo culpó directamente de ser responsable por la inflación repitiendo, una vez más los términos de costumbre: capitalismo, acaparamiento, especulación, enemigos, acabar con ellos y así sucesivamente. Ninguno capaz de mirar hacia los resultados de las políticas aplicadas durante una década, ninguna reflexión dirigida a explicarle a los ciudadanos que por los atentados contra la propiedad privada, las acciones de INDEPABIS, el crecimiento del sector improductivo del país, el irresponsable manejo de las finanzas públicas y la incompetencia burocrática, las fincas están produciendo menos alimentos que los demandados por la población. Que por las mismas razones el valor adquisitivo de nuestro dinero cada vez es menor. Que los costos de producción o transacción, son cada vez mayores gracias a leyes, decretos, normas, resoluciones y acciones autoritarias, lamentablemente apoyadas ilegalmente por la fuerza armada. La inflación, los episodios de escasez y el abatimiento de la calidad de los alimentos son, incuestionablemente, producto de las malas políticas y es necesario decirlo sin ambages.

La importación de alimentos y una burocracia pletórica han sido los instrumentos que ha aplicado el gobierno para controlar la inflación. Acciones no sostenibles y que sólo pueden tener efecto temporal. Pero haciendo tal cosa ha eliminado trabajo productivo y valor agregado, substituyendolo por el trabajo improductivo de la burocracia y los militares. Cualquier nación u hogar debe mantener una proporción adecuada entre el trabajo que produce riqueza y el que lo gasta, si disminuyen los que producen y aumentan los que lo gastan, pues la quiebra es el resultado fatal. Quiebra, fracaso, ruina son los términos que usamos para esa situación en los negocios, pero cuando se trata de un país, el resultado se llama pobreza o miseria.

El empresariado se hizo sentir en estos primeros días de mayo y desde Fedecámaras se emitió un alerta sobre la crisis que ya dura dos trimestres y que se acentúa, con las enormes cifras de inflación al cierre de abril. Pero no percibimos acciones importantes dentro del sector privado para atacar el problema y ya en otras oportunidades hemos señalado la necesidad de concertación y acuerdos estratégicos entre los distintos gremios. Cierto que el gobierno aún posee recursos, que el precio del petróleo es elevado, pero no menos cierto es que las cadenas agroproductivas, por su complejidad y para su sostenibilidad, deben procurar relaciones básicas de equilibrio orientadas al largo plazo, que no dependan tanto del gobierno.




miércoles, 28 de abril de 2010

AGRONEGOCIOS INTERNACIONALES Y NOTAS BREVES

COLOMBIA.

Nueva cara del sector agrícola: los Agro-negocios integrados

Un ejemplo de cómo debe intervenir el gobierno en los negocios agrícolas es el Programa de Transformación Productiva para el sector agropecuario y agroindustrial de Colombia. Una nota publicada en http://www.larepublica.com.co/ señala: " A mediados de diciembre del año pasado, el Ministerio de Agricultura y el de Comercio anunciaron los sectores beneficiados con el Programa de Transformación Productiva para el sector agropecuario y agroindustrial en Colombia, a saber: cacao, chocolatería y confitería; palma, aceites y grasas; camaricultura y ganadería bovina.Así, el gobierno se comprometió a apoyarlos para convertirlos en sectores de talla mundial. Su objetivo es generar alrededor de 70.000 nuevos empleos en 2010 (cerca del 2% de los ya ocupados), incrementar sus exportaciones y profundizar la inversión en estos sectores en cerca de US$1.300 millones. El Programa de Transformación Productiva para el sector agropecuario y agroindustrial había sido lanzado en septiembre de 2009 con el objetivo de seleccionar los sectores más prometedores del agro colombiano y ayudarlos a: i) participar en nuevos mercados; ii) determinar que eslabones de la cadena productiva requieren de modernización y especialización; y iii) implementar nuevas tecnologías que se ajusten a las nuevas tendencias de la demanda mundial.Esta estrategia resulta clave para suplir su demanda interna y fortalecer las exportaciones. Los agronegocios integrados reflejan ese encadenamiento vertical que se da entre el proceso de agricultura tradicional y la agregación de valor… "

Para más detalles, conectarse a http://www.larepublica.com.co/

NOTAS DE COMERCIO y PRONÓSTICOS

Las exportaciones agrícolas de Brasil deben superar este año los 60 mil millones de dólares. También aumentarán las de México, Argentina, Chile y Colombia…La recuperación económica en los Estados Unidos tendrá como resultado un aumento en las importaciones agrícolas en 2010 (77 mil millones de dólares) y de sus exportaciones (100.000 millones). Los principales socios comerciales se encuentran en el Hemisferio Occidental y son México y Canadá que le suministrarán a la primera economía del mundo aproximadamente 26 mil millones de dólares en productos agrícolas, mientras que América del Sur (Brasil, Colombia, Argentina y Chile en particular) le venderán unos 9.000 millones de dólares…Venezuela no figura entre los vendedores, más sí entre los compradores.

Los precios de alimentos al consumidor en la Eurozona deberán aumentar entre 1,2 y 1,4% en el 2010. Para América Latina los pronósticos son positivos y en muchos países la inflación disminuirá ligeramente para ubicarse en cifras razonables como las de Chile (2%); Brasil (4%) México (4,9) y Argentina (7,4)….Un estimado conservador para Venezuela es de 30%. La inflación promedio del mundo, en alimentos, se estima entre 4,5 y 5,4%.


TAMAÑO DE LA ECONOMÍA E INDICE DE DESARROLLO HUMANO.

Las economías más grandes del mundo de acuerdo al ranking del Banco Mundial en 2008 fueron las siguientes: 1. Estados Unidos; 2. Japón; 3. China; 4. Alemania; 5. Inglaterra; 6. Francia; 7. Italia; 8. España: 9. Brasil; 10. Canadá; 11. Rusia; 12. India y 13. México. Sin embargo no siempre el tamaño de la economía refleja el bienestar de los habitantes y entre los mejores índices de desarrollo humano se encuentran Holanda, Bélgica, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Australia y Nueva Zelanda, además de algunos del ranking como los Estados Unidos, Japón, Canadá y las 5 primeras economías europeas. De allí que siempre debemos expresar las cifras macroeconómicas per capita.

Aún así, la asimetría en la distribución del ingreso puede ser muy grande como ocurre en muchos países petroleros o, como en el caso de China, la economía puede haber crecido mucho, pero aún el ingreso por persona es relativamente bajo dado el enorme número de habitantes. En efecto es la tercera y pronto quizás la segunda economía del mundo, pero en ingreso per capita ocupa la posición 93 con cerca de US$ 7.000 por habitante.

Venezuela ocupa la posición 59 y sus socios en desarrollo como Bolivia (103), Nicaragua (117), Bielorrusia (69) e Irán (64) están por debajo (Cuba no aparece en la lista). México (51), Chile (52) y Argentina (53) han mejorado en los últimos años. Trinidad y Tobago en la posición 33 encabeza a los países de América Latina y El Caribe. Los países del continente peor ubicados son Haití (146), Guyana (121), Nicaragua (117), Honduras (108) y Bolivia (104).

Gobierno emprendedor



Carlos Machado Allison, El Universal 27 de abril de 2010

En los últimos años nuestro gobierno en lugar de dedicarse a crear condiciones para que los ciudadanos obtengan buenos empleos, hagan negocios y generen riqueza, intenta competir con ellos transformándose en la empresa más grande y endeudada del país.

En efecto, el proyecto político, es decir, ocupar todos y cada uno de los espacios institucionales y económicos obnubila a sus dirigentes y arrastra al país hacia una crisis que parece inevitable.
El Gobierno ha crecido en magnitud, mas no en eficiencia. Más de dos millones de empleados públicos ubicados en 29 ministerios, seis o siete "misiones", una numerosa milicia y cada mes nuevas industrias, bancos, comercios y servicios que van absorbiendo los ingresos públicos.
El Gobierno se ha hecho dueño de las empresas que nos suministran electricidad, telefonía, azúcar, café, leche, jugos, textiles, transporte público, cemento, cabillas, acero, aluminio y ya ha hecho inversiones para producir, entre otras cosas, automóviles, tractores y celulares. También posee dos grandes redes de distribución de alimentos y ha adquirido varios bancos, centrales azucareros y fincas.

Para adquirir todo esto ha utilizado la recaudación de impuestos, la renta petrolera y, como esto no es suficiente, pues ha adquirido una deuda, interna y externa, que sobrepasa los 100.000 millones de dólares. Esta macroempresa ha generado una doble dependencia y una pérdida de soberanía económica. Por una parte hace que una proporción elevada de los negocios privados dependan casi exclusivamente del gasto del Gobierno, por la otra sobre cada venezolano recae la responsabilidad de pagar la deuda y sus intereses.

¿Cómo pagaremos esa deuda? El servicio y pago de la deuda, así como las pérdidas que la mayoría de los negocios del Gobierno tiene y tendrá, hará que se invierta menos para mantener y expandir la infraestructura, los servicios de salud, la seguridad interna y la educación.

También mantendrá elevada la inflación aumentando el gasto público y abatiendo la producción. Así, mientras el mundo sale de una crisis financiera importante, Venezuela, a pesar del elevadísimo precio del petróleo, se desliza hacia un pozo oscuro. En el corto plazo más pobreza para los ciudadanos equivale a más poder para un gobierno insensible a todo lo que no sea su perpetuación. No escatimará esfuerzos y recursos para adquirir armas, hacer donaciones, organizar eventos, controlar medios de comunicación, regalar comida y ofrecer cualquier cosa que mantenga la esperanza de sus seguidores y los bolsillos de sus amigos.
Juega el Gobierno a esa enorme tolerancia que caracteriza a los venezolanos. Ignora el creciente descontento y las miles de protestas que se registraron en el último año, piensa que la mejor inversión frente al rechazo es la milicia y el rugir de las turbinas de los aviones de combate.

Somos tolerantes, pero no imbéciles y confío que pronto demostraremos que más vale un voto que un fusil.

martes, 13 de abril de 2010

Las armas y el café






Publicado en El Universal, 13 de abril


El café sustituyó al cacao como el principal producto de exportación antes que el petróleo se transformara en el maná de nuestros gobiernos. Ahora nos sorprende la genial oferta de exportar café hacia Rusia como parte de acuerdos que involucran unos cuantos millones de dólares en armas. Realmente no me consta que la propuesta haya sido seria, o si fue un chiste diplomático después de la degustación que hizo Putin de un buen marroncito oscuro y espumoso. Me inscribo en esta última hipótesis ya que la producción nacional de café viene en caída libre en los últimos años, tanto que estamos importando los granos del aromático de Brasil, Honduras y probablemente Nicaragua. Países, por cierto avezados miembros de un cartel internacional cafetalero parecido a la OPEP que venden su producto ajustadito al precio internacional.

El “plan café” resultó ser un desastre. Se gastaron muchos millones y no hubo resultados, aunque debemos admitir que algunos productores recibieron el beneficio de unos camioncitos buenos para transportar colchones o materiales de construcción, pero que no podían, por sus características, circular por las abruptas trochas de los cafetales andinos. También fracasó porque es difícil obtener mano de obra para recoger la cosecha por buenas razones: la primera, el precio regulado que hizo difícil pagar jornales adecuados a los recolectores y la segunda es que era más conveniente inscribirse en alguna misión que trabajar. Algunos encontraron más rentable dejar los granos en las maticas que recogerlo.

Al sistema cafetalero le dieron luego “matica de café” con la intervención de las plantas procesadoras, amén de que en Colombia el precio era mejor y unos cuantos quintales de café verde cruzaron la frontera. Ahora importamos café, y me atrevo a pensar que no de la mejor calidad, porque ese, desde el arbusto, suele estar en América Central, Colombia y Brasil, ya comprometido con los importadores tradicionales. Todo esto es lamentable ya que nuestro café es de buena calidad y un programa inteligente podría elevar la producción. Pero tal cosa, programas inteligentes, han estado tan ausentes en la agricultura como en la generación de electricidad. Yo apuesto a que Putin, al igual que la gran mayoría de los once mandatarios que nos visitarán entre marzo y abril, vienen por dólares, o crudo barato y no por promesas.

Estamos importando ganado en pie, carne, arroz, pollo y café. No tenemos gas para apuntalar la generación termoeléctrica, pero a otro ilustre visitante, encandilado con su espada y alguna orden en el pecho, también se le ofreció cubrir sus necesidades de gas y petróleo, hasta el fin del siglo XXI. A lo mejor hasta le ofrecieron leche, queso y carne a Uruguay. Dimanan dos explicaciones: o el humor dejó de ser un monopolio de Zapata, Laureano y Rayma o algunos ministros han tenido un éxito enorme engañando al presidente. De acuerdo a algunas encuestas la segunda parece la más plausible.

martes, 6 de abril de 2010

Venezuela: Ajuste de precios en lácteos


El gobierno anunció un nuevo ajuste de precio para los productos lácteos. El mismo aumenta el precio de algunas presentaciones entre 20 y 35% preservando la política de mantener los precios congelados durante cierto tiempo y luego, cuando ya los productores primarios, procesadores y distribuidores ven severamente afectados sus intereses y se presentan episodios de desabastecimiento, se realizan cambios bruscos en los precios. Tales saltos no vienen acompañados por incrementos salariales proporcionales que de hecho son casi imposibles en una economía en recesión


Cuadro: Índice internacional de precios de los principales productos (FAO, abril de 2010).

Estos cambios no reflejan necesariamente las tendencias en los mercados internacionales, sino los problemas macroeconómicos del país sumados a la inseguridad sobre la propiedad que limita las inversiones a largo plazo.

Así, a lo largo de la última década la inflación en alimentos ha sido enorme y superior a la de otros bienes y servicios. Por otra parte la regulación de precios de algunos productos determina un incremento notable en otros. Como una muestra de lo anterior hemos cotejado los precios en supermercados del queso blanco disponible (Bs 49 y 55, en dos establecimientos) con las categorías cercanas sujetas a regulación: semiduro (Bs 20,36) y blanco pasteurizado (29,10).

En la nueva regulación el precio de los quesos amarillos oscilan entre 36,87 y 46,46 (gouda, dambo, amarillo, edam, fymbo, munster y fundido), mientras que las ofertas de mantequilla se encuentran entre 16 y 20 Bs el empaque de 200 grs siendo mayor el precio del producto nacional a pesar de la reciente devaluación del "bolívar fuerte" y la confusa situación planteada por la existencia de tres tipos de cambio con saltos entre el mínimo (2,6), el intermedio (4,3) y el máximo (por ley, inexistente e innombrable) de 100 y aproximadamente 260%.

En paralelo con el ajuste efectuado al precio de los lácteos, los productores de arroz, maíz y sorgo están demandando un incremento del precio al productor entre 30 y 40% por razones análogas, es decir por el incremento del precio de los insumos y obviamente el del costo de la vida que los afecta a ellos al igual que al resto de los habitantes. Tanto los organismos gremiales agrícolas como los de la producción animal siguen insistiendo en la necesidad de un diálogo, mientras el gobierno actúa unilateralmente y los consumidores sufren la mayor inflación de América Latina.

sábado, 3 de abril de 2010

El Bicentenario y la soberanía



Publicado en El Universal, 30 de marzo de 2010



El 19 de abril de 1810, en Caracas, un grupo de civiles se reunió, repudió al Capitán General designado por José I, hermano de Napoleón y suscribió un documento que, señalaba: “…en cuyo caso el derecho natural y todos los demás dictan la necesidad de procurar los medios de su conservación y defensa; y de erigir en el seno mismo de estos países un sistema de gobierno que supla las enunciadas faltas, ejerciendo los derechos de la soberanía, que por el mismo hecho ha recaído en el pueblo…” La soberanía pasa a ser el paradigma sobre el cual pivotará la guerra de independencia y todos los textos constitucionales republicanos. La soberanía tendrá luego apellidos y adjetivos, será símbolo y referencia política: soberanía territorial, soberanía económica, soberanía alimentaria, soberanía en seguridad y defensa, soberanía sobre el mar territorial y sobre quién sabe cuantas cosas más, todas inscritas en el afán para lograr un país capaz de tomar sus propias decisiones, de labrar su futuro sin depender de otros ¿Cómo estamos dos siglos después?

Pues bien, vemos que en este bicentenario no hay ningún afán conmemorativo a pesar del pletórico discurso patriótico y las innumerables referencias a las raíces decimonónicas de la filosofía del gobierno. Explicar la lógica del silencio oficial no es fácil, pero podemos dar nuestra opinión, aunque opinar hoy resulta tan peligroso como hacerlo en 1810 y si usted lo duda, pregúntele a Oswaldo Álvarez Paz o a cualquier otro de los presos o exilados políticos de la última década. Así, en nuestra opinión y opinar sigue siendo un derecho constitucional, el silencio resulta de cinco causas: (a) la inexistencia de obras que inaugurar; (b) el carácter puramente civil del 19 de abril; (c) la ausencia de Bolívar en ese acto; (d) la impopularidad del gobierno y (e) la pérdida de soberanía política, agroalimentaria, económica, educativa, de seguridad, sanitaria, eléctrica y territorial.

Dos siglos después debemos importar comida, médicos, electricidad, medicinas, proyectos y asesores, mientras que nuestras fronteras son corredores libres donde circulan personas y mercancías indeseables. Durante la colonia las decisiones sobre la fundación de nuevos poblados se tomaban en la corte de Madrid, ahora las toma Lukaschenko y en lugar de mejorar la vialidad de Guárico, van a construir una ciudad agrícola en los Llanos; el monopolio comercial español Cádiz-Veracruz ha sido sustituido por el de La Habana-Puerto Cabello; los chinos construyen en Barinas la Academia de Ciencias Agrícolas inspirada en aquella de Lysenko y Stalin. Los asesores extranjeros pululan en palacio como lo hacían austriacos y franceses, cuando impusieron a Maximiliano como Emperador de México. No hay mucho que celebrar. Escribo un martes mirando El Ávila en llamas y el manto que viste de gris a la ciudad y abate el ánimo de sus habitantes. Opino con libertad, honor a los héroes del 19 de abril.

Fotografía: Alexandra Machado

sábado, 27 de marzo de 2010

El despojo en Venezuela





Miles de venezolanos sufrieron esta semana dos despojos. El primero es la multa aplicada a los hogares que no pudieron abatir el consumo de electricidad por debajo de la arbitraria cifra establecida por las autoridades: un recargo de 200% en el monto de la factura no es poca cosa para la ya empobrecida clase media, pero más humillante aún resulta pagar como consecuencia de la incompetencia de los mismos que cobran.

El panorama oscila entre indignante y desolador. Racionamiento de electricidad y de agua acompañado por multas mientras observámos, los que vivimos en Caracas, como se quema nuestro parque nacional. Cuatro días de fuego en que un helicóptero y sólo 60 hombres, entre voluntarios y profesionales, hicieron grandes esfuerzos que todo el mundo aprecia. Lo que no apreciamos es que se hayan gastado 6 o 7 mil millones de dólares en comprar equipo bélico y quien sabe que cantidad en organizar una milicia y el gobierno no haya sido capaz de dotar a los bomberos - o a la fuerza armada - con el equipamiento requerido. También se quema la Gran Sabana y las plantaciones de pino. Para todo ésto la única respuesta oficial y centro de su campaña "educativa" es culpar al El Niño, al calentamiento global, al capitalismo y a las malas costumbres de los venezolanos que consumen demasiada energía. La realidad es otra: la población creció 21% en la última década y no se efectuaron las inversiones requeridas porque El Niño se ha presentado y se presentará periódicamente, cosa que sabe cualquier persona medianamente informada sobre el patrón meteorológico y no se diga aquellas que por décadas han manejado los embalses y la generación de energía.

El segundo despojo de la semana es el pago del ISRL. Me encuentro entre los que siempre han pensado que es una obligación de los ciudadanos pagar impuestos correctamente. Entre los que creen que el derecho a la protesta y los derechos en general, nacen también del cumplimiento de las obligaciones. Como me encuentro entre los que han pagado los impuestos, no sólo el ISRL sino también el IVA y todos los demás, entonces tengo el derecho de protestar por el destino que se le da a los mismos y por la forma en que se administran los recursos. Me siento despojado al ver como funciona el sistema de justicia, el parlamento, la policía, los servicios públicos, el sistema de salud y el de educación.

lunes, 22 de marzo de 2010

Fantasía agroalimentaria


Carlos Machado Allison

¿Cómo abatir la inflación, la escasez de ciertos productos y la enorme factura que estamos pagando en la importación de alimentos? Responder a esa pregunta pasa por respuestas similares a las que expresaría si la pregunta se formulara con respecto a la crisis de agua y electricidad que está sufriendo el país. La respuesta es simple: cambiando las políticas públicas que han sido aplicadas desde hace una década. Pero hay que hilar más fino ya que esas políticas (control de cambio, control de precios, estatización de muchas empresas, forzamiento de empresas mixtas, ataques a la propiedad privada, exceso de normas y reglamentos, inseguridad y, en resumen todo aquello que apunta hacia el “socialismo del siglo XXI”) al distorsionar todo el sistema ha afectado más a unas cadenas agroproductivas que a otras.

El gobierno se jacta de haber aumentado el volumen de la producción nacional y haber creado condiciones para que los venezolanos coman más. Son medias verdades. Cierto es que ha aumentado la producción, pero casi la totalidad del incremento corresponde a pocos rubros. En 1999 el país produjo 16,5 millones de toneladas (incluyendo caña de azúcar) y para el 2008 esta cifra había aumentado a 19,7 millones, un incremento de 3,1 millones, es decir del 19,2%. Sin embargo el mismo se concentró en cereales (2,4 millones, es decir el 77,1% del incremento) y caña de azúcar (657 mil toneladas, equivalentes al 20,6%). Es decir que el supuesto éxito agrícola vegetal se concentra, en un 97,7% en sólo tres rubros: maíz, arroz y caña de azúcar. El mal llamado “milagro agrícola” de la década de 1980 tuvo exactamente la misma característica. Vamos a obviar al año 2009 en nuestras especulaciones ya que las condiciones climáticas adversas determinaron un fuerte descenso en la producción de maíz y por consiguiente la producción total debe haber caído a 18,5 millones de toneladas.

Ahora bien, en la última década la población venezolana aumentó casi 20% y sin duda el auge de los precios petroleros aumentó la capacidad de compra de alimentos de la población que era tan baja como la de algunos países subsaharianos (disponibilidad calórica: 2.300). Vamos a suponer (aun no hay cifras) que el consumo se disparó por lo menos 15% en esa década y forzó una disponibilidad de 2.615 calorías, Entonces para satisfacerla en una medida prudente la producción debería haber aumentado en 35% y haber alcanzado para 2008 y 2009 aproximadamente 22,3 millones de toneladas, es decir 2,6 millones de toneladas más que lo obtenido. Entonces ¿qué fue lo que no producimos en cantidad suficiente?

Pues bien, la lista es larga pero comienza por las frutas cuya producción, lejos de aumentar, disminuyó en 374 mil toneladas y cuya demanda, basada en las premisas anteriores debería estar cerca de 4 millones de toneladas en lugar de las 2,6 producidas en el año 2008. ¿Entiende ahora mi apreciado lector porque las frutas son tan caras? Ayer observé en un supermercado mangos y mandarinas cuyo precio por kilogramo estaba alrededor de los 18 Bs. Es decir 6,92 US$ el kg si seguimos la tasa oficial aplicada a los alimentos, o 4,18 si empleamos la otra (4,30 por dólar). El crecimiento en tubérculos también fue deficiente, así como en tomate, otras hortalizas, café, cacao, caraota, frijol y varias oleaginosas.

También fue deficiente en rubros que si bien aumentaron, no lo hicieron en sintonía con las demandas que ya en 1999 estaban insatisfechas. Tal es el caso del azúcar, que además en 2009 su producción tuvo una disminución estimada por los productores en un 15%. Para no sufrir la periódica desaparición del azúcar en los anaqueles se requiere cumplir con dos cosas: (1) Aumentar la producción nacional hasta llegar a 12 o 13 millones de t de caña de azúcar (5 millones más que las obtenidas en la última zafra) y (2) Ajustar el precio tomando en cuenta el incremento de los costos en la producción, refino y distribución. ¿Cuál es la solución de acuerdo al gobierno? Pues embarcarse en la construcción de centrales azucareros y como en el caso del café, dedicar enormes recursos a la estatización sin tomar en cuenta que esto ya fue ensayado en el pasado y fracasó.

En lo que concierne a la producción animal, gracias al congelamiento de la paridad cambiaria, se privilegió la producción de pollos de engorde y cerdos. La producción de ambos rubros aumentó en la última década determinando que la oferta cárnica nacional pasara de 1,04 millones de t a 1,43, más de 35% que hemos estimado como deseable. Pero esto fue logrado a expensas de la ganadería bovina que lejos de crecer, ya mostraba un descenso de más de 100.000 t para el 2008 y debe estar en menos 150.000 en el 2009. En efecto, si el crecimiento hubiese sido armónico, la producción de pollos debería ser ligeramente menor (aproximadamente 800.000 t) y la de carne bovina mayor (unas 545 mil toneladas). Las enormes importaciones de carne realizadas a una tasa de 2,15 y ahora de 2,60 determinan que sea más barato importar que producir bajo las condiciones actuales.

¿Cuánto vale lo que hemos dejado de producir a nivel del consumidor? Me aventuro a señalar que supera los 25 mil millones de Bs, es decir cerca de 10.000 millones de dólares. ¿Qué ocurriría si la disponibilidad de alimentos demandada por la población fuera similar a la de 1979-80, es decir 2.850 calorías. Pues auméntele otro 10% a estas cifras. Pero ubiquémonos ahora en el reino de la fantasía, en el sitio en que con los ingresos que hemos tenido deberíamos estar, es decir en los niveles de oferta calórica que tienen México, Chile o Brasil, pues entonces deberíamos añadir otro 10%, es decir 45% más que lo producido en 1999. En ese mundo ideal (que casi lo alcanzamos antes de la crisis de los ochenta) la producción agrícola vegetal nacional debería ser superior a 25 millones de t En ese mundo ideal las importaciones deberían oscilar entre 2,5 y 3 mil millones de dólares para cubrir las necesidades de trigo, leche, aceites, granos forrajeros, frutas de clima templado y productos procesados que también son importantes para garantizar la seguridad alimentaria de la población. En síntesis, otra política pudo haber generado miles de empleos adicionales, al “circulante” alimentario se podría haber agregado unos 12 mil millones de dólares y nos estaríamos ahorrando como 5 mil millones de dólares en divisas que buena falta están haciendo en el sistema educativo, en salud y en seguridad.

El precio que estamos pagando por la ideología que profesa el gobierno es muy alto.

Foto: Carlos Machado Allison en un supermercado de un país donde la inflación anual en alimentos es de 2,5% y no hay escasez de ningún producto.

martes, 16 de marzo de 2010

La culpa es de "El Niño"


Publicado en el diario El Universal
16 de marzo de 2010


Carlos Machado Allison

La población venezolana aumenta en casi 500.000 personas cada año. Durante el actual régimen el crecimiento demográfico superó los 5.000.000 de nuevos habitantes. Esto significa que para que todo quedara igual era necesario aumentar en 20% la producción de todos y cada uno de los nuevos y viejos alimentos, bienes o servicios del país. Pero como aumentó la capacidad de compra de los venezolanos y ocurrieron cambios en el modo de vida del planeta era necesario aumentar en 30% las inversiones, conocimientos y tecnologías. Pero hartos, los inversionistas y miles de profesionales con talento, se fueron a otras latitudes.

En ésta década, que pasará la historia como la del manirrotismo, la inversión privada, nacional y extranjera, se desplomó. Tampoco fue sustituida por la pública, porque el gobierno, en su hambre de votos, dentro y fuera del país, gastó enormes cifras en su afán populista. El resultado, a la vista: carencia de suficiente agua, energía, alimentos, vialidad, seguridad personal, vivienda, servicios médicos, recursos humanos y hasta tornillos. Marchitas las cosechas y cuarteada esa tierra de oportunidades que atrajo una vez a más de un millón de inmigrantes de Europa y tres millones de los países vecinos. Pero lo más grave es que lejos de admitir los errores y crear espacios de entendimiento, culpan al Imperio, al calentamiento global o a “El Niño”, a la IV República, al paro petrolero, a los comerciantes y a Cristóbal Colón de las penurias que la incompetencia generó.

El gobierno sabía que éste era el año del Niño desde hace meses, quizás un año y ¿qué hizo? Pues entre otras cosas forzar la superficie de siembra, en particular la de maíz, en zonas inadecuadas y con nuevos productores improvisados, justo cuando se contemplaba una sequía más intensa. Más del 30% de la cosecha se perdió, se compraron muchos tractores, la inflación en alimentos es la mayor de América Latina y el BCV ubica en 14% el desabastecimiento. La producción por habitante en estos diez años aumentó en cereales, pero disminuyó en carne bovina, frutas, raíces y tubérculos, café, cacao y leguminosas. Un ministro anunció que “ahora” si se van a invertir 6 mil millones de dólares para atajar la crisis eléctrica. Otro anuncia liberación de algunos precios. Pero “tarde piaste pajarito”, el daño ya está hecho, aunque llueva mucho a partir de mayo nos esperan años de racionamiento. No se construyen represas, ni se compran grandes turbinas de la noche a la mañana.

Ahora el mensaje a los productores, agroindustriales y supermercados es sublime: “produzcan al máximo, no suban los precios y no gasten energía”. Si no producen los confisco, si suben los precios los cierro, si no reducen el consumo de electricidad los multo y después, no importa lo que hagan, acabo con ustedes”. ¿Aspira el gobierno que la molienda se haga como en la colonia? ¿Con tracción de sangre y mano de obra esclava? Difícil, ni los cubanos se calan eso.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Alimentos y crisis eléctrica


Señalan los expertos que lo peor está por venir ya que las medidas, punitivas, tomadas por el gobierno no serán efectivas. Una elevada proporción de la población no está adecuadamente informada sobre la gravedad de la crisis y sus consecuencias que van más allá del hogar y los servicios básicos que suelen dominar el pensamiento de los ciudadanos. También señalan algunos expertos que al no tomarse las medidas requeridas seis meses atrás, ya es tarde para compensar el déficit a través de plantas generadoras pequeñas o medianas.

Escasa ha sido también la atención prestada al sistema agroalimentario nacional. Venezuela es un país intensamente urbanizado (90% de la población) y en consecuencia la mayoría de los alimentos requiere pasar por una cadena de frío para garantizar que llegue al consumidor en buenas condiciones sanitarias (carnes, pescado y mariscos, leche, algunas frutas y vegetales). Más aún, son comunes y necesarias las presentaciones en congelado que incluyen alimentos procesados o semiprocesados. Esto requiere consumir energía eléctrica. También es necesario utilizar energía eléctrica para bombear agua en los campos de cultivo, ordeñar las vacas y enfriar la leche.

Además otra proporción importante de los alimentos solo pueden ser consumidos después de procesamiento industrial y estos incluyen a buena parte del llamado consumo masivo, vital para la población de menores recursos: harina precocida de maíz, arroz, azúcar, leche en polvo, pan y otros derivados de harina de trigo, aceite, pastas alimenticias, margarina, mayonesa, etc. Estos alimentos son procesados en fábricas a las que el gobierno les ha exigido, bajo amenazas de cierre o confiscación, mantener el más alto nivel de producción posible. Es decir, consumir energía eléctrica al máximo posible. Pero resulta que también les exigen reducir el consumo de electricidad y agua al “máximo posible”. Pero el gobierno, sin duda responsable por la crisis al no haber realizado las inversiones requeridas en materia de generación y distribución de electricidad, no contempla ningún tipo de subsidios o medidas extraordinarias para compensar a los productores, empresas procesadoras, transportistas o puntos de venta final de los alimentos. ¿Será que con más importaciones se subsanará el déficit en cantidad y calidad que afectará a los alimentos de origen nacional?

Ayer, al liberar algunos precios y ajustar otros en aproximadamente 30%, el gobierno comienza a reconocer, quizás ya muy tarde, que tanto los productores primarios como las agroindustrias se encontraban al borde de un colapso financiero como producto de la inflación y el control de precios. ¿Qué pueden hacer los productores y procesadores ante esta paradójica situación? ¿Aumentar su eficiencia instantáneamente? ¿Reducir costos disminuyendo la nómina? ¿Cerrar un día a la semana y abatir la producción entrando en una espiral descendente que conduce a la quiebra? Quién en su sano juicio puede pensar que esas cosas se pueden hacer en los próximos 30 a 60 días bajo las condiciones actuales en las que buena parte del esfuerzo y recursos se van en satisfacer la pesada carga de leyes y decretos que acorralan a productores, industriales y comerciantes y, además, sin un plan de medidas compensatorias que garantice la persistencia financiera de productores, procesadores y distribuidores.

Un factor crítico en la seguridad alimentaria es la provisión, por parte del gobierno, de la infraestructura básica de servicios: electricidad, gas, agua, vialidad, centros de acopio y las condiciones para que los integrantes de las cadenas agroalimentarias puedan actuar con eficiencia. Que comiencen las lluvias en mayo, como ocurre desde hace milenios, no resolverá la crisis. Hace falta una inversión enorme para garantizar los servicios esenciales.

El índice de desabastecimiento del BCV anda por el 14%, la inflación en alimentos sigue rampante, las dificultades para el acceso a las divisas persisten, el PIB se desplomó el trimestre pasado, así como la inversión. La deuda externa se encuentra en expansión y los derechos de propiedad son cada vez más frágiles. El gobierno parece pensar que la solución se encuentra en más medidas punitivas, más controles, multas y cierre de establecimientos. El sentido común señala que para evitar un colapso en la producción, para evitar un crecimiento del desempleo y el pago de una severa factura política en las próximas elecciones, el gobierno debería estar negociando con la industria, los productores primarios y la ciudadanía en general, los términos básicos de un acuerdo nacional.

Sin la participación, por la vía de la comprensión de la magnitud de la crisis eléctrica y del agua, así como con medidas económicas compensatorias y cambios urgentes en las políticas públicas, los venezolanos la pasarán muy mal y por mucho tiempo, porque lo requerido para normalizar el suministro de energía eléctrica no se resolverá en los próximos dos o tres años.

Pero este cambio pasa por admitir, públicamente, que el problema que vivimos no es el producto del calentamiento global, sino el haber ignorado el bien conocido ciclo de "El niño" y La niña" y las advertencias del centro de Guayaquil que estudia este fenómeno hace años e informa regularmente a los países que pueden ser afectados. Hace siete u ocho meses era conocido que tendríamos una sequía mayor a la usual. Más aún, éste "Niño" es realmente una criatura y menos intenso que los del pasado como el de 1992-1993. Esto quiere decir que la reducción de las lluvias no ha sido tan grande, pero enorme ha sido la imprevisión. En promedio las precipitaciones en el bloque central de América del Sur han aumentado 5% entre 1995 y 2005, mientras que en el extremo norte de Venezuela han tenido una pequeña atenuación, pero no se construyeron las represas para almacenar el agua requerida.



Foto: ¿Retorno al pasado?

viernes, 5 de marzo de 2010

Buscando inspiración



Publicado en El Universal el 3 de marzo de 2010

Impotentes, mirando la ciudad oscurecida, procuramos inspiración a través de la lectura de viejos libros con ideas maduradas a través de la historia. Hammurabi (1955-1913 a.C) hace más de 4000 años dictaba en su código, que el gobierno estaba obligado a resarcir a las víctimas de robos por el monto sustraído, si en un lapso prudente no se encontraba al delincuente. Algo similar se establecía para los familiares de un asesinado. Con miles de delitos impunes y 20.000 asesinatos por año ¿no sería justo que el gobierno les pagara a las víctimas? Sin duda mejor destino para nuestros impuestos que los millones del tributo que pagamos al imperio cubano.

Ceder ante otro gobierno la decisión sobre educación, salud, defensa, movimiento migratorio o alimentación, era considerado como acto de traición en el antiguo Egipto y luego, en la mayoría de las naciones. Aquí es visto como natural o inevitable que venga un médico cubano, mano de obra esclava, y le dé órdenes a los galenos y enfermeras en un hospital local. A veces la reacción patriótica más airada, no es negarse a obedecer o expulsar al invasor, sino renunciar. No falta quién proponga ponerse de rodillas ante el régimen mientras critican a quienes, desde la oposición, hacen esfuerzos por cambiar las cosas. No es ¿Qué hace el país por mí?, sino ¿Qué haces tú por el país?
A Sócrates (469-399 a.C) le hicieron beber cicuta, entre otras cosas, porque Critias, antiguo alumno, se asoció a Esparta y liquidaron la democracia de Atenas. Fue acusado de corrupción por hacer preguntas y generar dudas. Regresó la democracia, pero con un populismo que lo llevó a juicio: resultado 280 a 220 por la condena a muerte. ¿Juzgar a todo dirigente cuyos seguidores sean unos bandidos? Aquí no alcanzaría la cicuta. Pero quizás lo que ocurrió con Sócrates y casi con Platón (427-347 a.C.), es que propagaban la idea que los gobernantes debían ser filósofos, eruditos y relevados periódicamente del poder. El concepto de filósofo en aquel entonces era más simple que el actual: se aplicaba a quienes sabían algo más que emplear armas. Usar a la masa para librarse del talento y de la oposición, es vieja práctica, sino vayan al infierno de Dante y pregúntenle a Hitler, Mao o a Boves, o tomen una tour por el de Fidel y vean la falta de libertad, electricidad y comida y el exceso de desempleados y milicianos.
Otra mala costumbre de Sócrates, Platón o Galileo, era buscar la verdad. Hoy sabemos que esa simple verdad no existe, que el universo es complejo e infinito y que podemos aproximarnos a la realidad, gracias a nuevos instrumentos, métodos de pensar y el concurso de muchos hombres de talento. Desespera cuando no importa cuantos instrumentos, ideas o recursos financieros existan, prive la ignorancia faraónica o el cesarismo que coloca, en un solo y equivocado hombre, todas las decisiones.
No digas Ave César, no te pongas de rodillas.

domingo, 28 de febrero de 2010

OEA vs OELACA: Inconsistencia latinoamericana y caribeña


La reunión de mandatarios en Cancún concluye con una nueva y poco responsable propuesta: la creación, como si no hubiera pocas, de una nueva organización. Esta deberá incluir a los países latinoamericanos y caribeños. Aunque el planteamiento inicial de la mayoría no es excluyente de la OEA, el que Raúl Castro aparezca promoviéndola resulta, por decir lo menos, sospechosa. Cuba no ha firmado los acuerdos suscritos por los restantes con respecto a la democracia.

Con sus fallas y burocracia que juega al estar bien con todo el mundo, el sistema interamericano ha funcionado por muchos años. Nació a comienzos del siglo XX con la Oficina Sanitaria Panamericana (OSP) y luego se consolidó con la OEA, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta no es la única organización que agrupa países del continente. Existe el SELA y los acuerdos regionales de libre comercio: NAFTA en el norte, el centroaméricano, el caribeño, el andino y el del sur. A ellos se sumó más recientemente el ALBA para agrupar a las naciones cuyos gobiernos no practican ni la libre empresa, ni el libre comercio, ni la democracia.

El problema es que todos los acuerdos multilaterales se han quedado a mitad de camino desde el punto de vista económico debido a la persistencia de políticas proteccionistas animadas por un intenso “lobbying” interno de los agentes económicos u organizaciones sindicales que, por razones diversas, no son competitivos. O, peor aún, por ideologías contrarias a la integración ya que ésta contribuye, al menos en teoría, al libre intercambio de ideas, bienes y servicios, cosa que no le gusta demasiado a quienes no creen en la democracia.

Entonces ¿para qué una nueva organización? Si se trata de integración económica, ya contamos, desde hace muchos años, con el SELA. Si es un foro político, existe ya la OEA y para aspectos sanitarios, agrícolas o financieros, tenemos a la OPS, el IICA, el BID, la CAF y el Banco Centroamericano. Con razón Chile decidió, hace ya un buen número de años, ignorar en buena medida los acuerdos multilaterales y firmar acuerdos individuales con cada país. La novedad consiste en dejar fuera a dos de las economías más importantes del hemisferio, Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica y eso no nos queda muy claro ¿Los excluyen por angloparlantes? Eso sería inconsistente con las naciones caribeñas, Belice, Guyana y Surinam que hablan inglés, francés, holandés y papiamentos. ¿Los excluyen por ser economías grandes? Eso sería inconsistente con Brasil y México que ya se codean con los países desarrollados. ¿Los excluyen por estar en el norte? ¿El norte de qué? Si es de la línea ecuatorial, entonces tampoco deberían estar Colombia, Venezuela, América Central, el Caribe y México. A lo mejor los excluyen por ser un mal ejemplo capitalista y poseer los mejores indicadores económicos y sociales del hemisferio. Eso sí, la exclusión no incluye el impedir los negocios con ellos, venderles petróleo, habanos, productos agrícolas, minerales y manufacturas textiles y comprarles tecnología, patentes, vehículos, computadoras o alimentos. Resulta que el número de países de la región que tiene a los Estados Unidos como su principal socio comercial es bien elevado. Entonces ¿por qué excluirlo?

Piensa este comentarista que la globalización no sólo es inevitable, sino en último análisis positiva, tanto en lo económico, como en lo cultural. Al final los países lo practican, unos en forma abierta como Chile y ahora Perú, Panamá, México y los dos grandes del norte. Ellos no sólo participan en las instancias de integración del continente, sino que se han vinculado a las de Asia y Europa. Claro esa vinculación abierta tiene sus riesgos económicos y también obligaciones en materia política y de derechos humanos. Piensa este comentarista que la nueva organización no tendrá éxito por que no existe una necesidad real o nueva que satisfacer y además la misma será utilizada, como ya ocurrió en Cancún, como simple escenario para que los mandatarios bocones luzcan lo peor de cada uno y los hábiles se vendan, políticamente bien, dentro de sus respectivos países. Más y mejores dividendos pagaría el destinar esfuerzos y recursos, así como voluntad política, para que las organizaciones existentes funcinaran mejor.