domingo, 19 de diciembre de 2010

La Constitución venezolana apaleada:16 leyes en 15 días




La Asamblea Nacional de Venezuela será sustituida dentro de tres semanas. A pesar que la oposición obtuvo la mayoría de los votos, apenas tendrá 65 o 67 diputados, lejos de la mayoría requerida. Sin embargo ante la percepción de que estos diputados discutirán, argumentarán y se opondrán a las violaciones constitucionales, el gobierno y sus seguidores se lanzaron en una carrera desbocada  con tres objetivos. 


El primero despojar a dueños de fincas, estacionamientos, terrenos y edificios con la excusa de albergar a las víctimas de las lluvias de noviembre y así ganar algunos dividendos políticos entre los pobres. Como el ritmo de la construcción ha sido tan lento, cada día hay más personas sin viviendas adecuadas que, fatalmente, terminan dependiendo del gobierno para sobrevivir. De paso, se llevan por delante las fincas para "demostrar" que es culpa de los ricos el que existan pobres. El segundo objetivo es privar a la oposición de fuentes de financiamiento, directas o indirectas, a través del miedo. Si te opones al gobierno, tu finca está en riesgo. Si faltan viviendas en la zona, tu terreno, finca o vivienda está en riesgo. Es más barato confiscar que construir. El tercer objetivo está plasmado en esas leyes: fortalecer de la revolución (cosa que no oculta ninguna exposición de motivos), construir el Estado socialista (son explícitas las leyes). Someter al individuo a la voluntad del gobierno o a la "popular". Otorgarle todo el poder posible al Ejecutivo y evitar el debate o el análisis popular de las leyes, la crítica en los medios de comunicación, la libertad de opinar o formar profesionales críticos en las universidades. Eliminar los derechos fundamentales: propiedad, libertad de opinión, libre tránsito, organización municipal y por entidad federal, estrangular económicamente a universidades, escuelas, clínicas, empresas de seguros, banca, desarrollos inmobiliarios, municipios, gobernaciones, gremios, asociaciones de vecinos, parques nacionales y cualquier otra cosa que huela a libre empresa, individuo, libre albedrío, capitalismo, ahorro, comercio, competitividad o desarrollo personal. 


Oculto tras estos objetivos político-ideológicos se encuentra la modificación del IVA, el Impuesto sobre la Renta y el funesto impuesto a las "transacciones" que no es otra cosa que sacarle más dinero a los ciudadanos porque las arcas públicas están vacías. Las vaciaron por incompetencia, corrupción, donativos a países amigos, seguridad personal para los funcionarios, aumento en la nómina de empleados públicos, subsidios, cobertura de las deudas de las empresas nacionalizadas que producen poco y están todas medio quebradas, así como por haber dejado de cobrar impuestos al liquidar una proporción importante de las empresas privadas.