Carlos Machado Allison
marzo de 2013
Ha ocurrido un milagro, sin haberme entrenado en un gimnasio, ni haber tomado el curso de Charles Atlas, hoy cargué sin mayor dificultad las bolsas del mercado. Hace tres meses necesitaba la ayuda de uno de esos muchachos que llevan las bolsas hasta el automóvil en un carrito, hoy lo hice sin ayuda. ¿La causa? Pues simplemente la inflación. Hice una compra de casi 1000 Bs (los que eran fuertes), equivalentes a la mitad del sueldo de alguien que gana salario mínimo. Obviamente no compré los productos más costosos, pero sí algunos bien pesados como cambures, lechosa, leche UHT, jabón para lavar, cloro y alguna cosa más. No encontré mantequilla (la de verdad), limité la compra de queso porque estaba a 150 el kilo y por fortuna, a mi edad, no necesito comer mucha carne (91 el kilo). Pero sí necesitaba unos limones (Bs 35 el kilo), un aguacate (Bs 46) y unas galletas que, por el precio, debieron haber sido preparadas con polvo de oro y no con harina. Quería unos jojotos dulces y no me importaba que fueran congelados o empacados, pero no había, tampoco leche en polvo y...bueno ¿qué decir? Triunfó la revolución y ahora tenemos plena seguridad y soberanía alimentaria. Ya no necesito ayuda para hacer el mercado. La venta de alimentos procesados disminuyó 2,5% el mes pasado y con una devaluación de más del 40%, el segundo trimestre del año nos depara muchas sorpresas.
Carlos Machado Allison cubre temas relacionados a políticas agroalimentarias, ciencia y tecnología con énfasis en Venezuela, artículos de opinión publicados en diarios y publicaciones o estadísticas analizadas por el autor
jueves, 21 de marzo de 2013
¿Nuevo record en importación de alimentos en Venezuela?
Carlos Machado Allison
21 de marzo de 2013
Si proyectamos las cifras del INE (enero-octubre de 2012) para el cierre del año la importación de alimentos y otros productos agrícolas como forrajes superará los 8 mil millones de dólares. También fué un año muy especial ya que las importaciones totales superaron los 50 mil millones de dólares, cerraron el SITME y ahora viene un nuevo sistema para adquiri divisas. Pero, desde luego no para el ciudadano, ni tampoco para el pequeño empresario ya que para acceder a ellas hay que estar inscrito en el RUSAD.
El ministro Giordani confesó (no hay mejor término) que el estado venezolano liquidó 25.000 millones de dólares por el SITME y que los mismos terminaron en manos de los burgueses, etc., etc que con ellos compraron chatarra. Terrible confesión ya que para importar cualquier cosa hay que pasar por el escrutinio de las autoridades, cumplir mil y un requisitos y luego, en las aduanas, se verifica que lo importado se ajusta a lo solicitado. ¿Será que el gobierno otorga dólares para chatarra y luego la acepta en la aduana? En caso contrario el ministro y demás funcionarios deberían renunciar por incompetentes o algo peor....
21 de marzo de 2013
Si proyectamos las cifras del INE (enero-octubre de 2012) para el cierre del año la importación de alimentos y otros productos agrícolas como forrajes superará los 8 mil millones de dólares. También fué un año muy especial ya que las importaciones totales superaron los 50 mil millones de dólares, cerraron el SITME y ahora viene un nuevo sistema para adquiri divisas. Pero, desde luego no para el ciudadano, ni tampoco para el pequeño empresario ya que para acceder a ellas hay que estar inscrito en el RUSAD.
El ministro Giordani confesó (no hay mejor término) que el estado venezolano liquidó 25.000 millones de dólares por el SITME y que los mismos terminaron en manos de los burgueses, etc., etc que con ellos compraron chatarra. Terrible confesión ya que para importar cualquier cosa hay que pasar por el escrutinio de las autoridades, cumplir mil y un requisitos y luego, en las aduanas, se verifica que lo importado se ajusta a lo solicitado. ¿Será que el gobierno otorga dólares para chatarra y luego la acepta en la aduana? En caso contrario el ministro y demás funcionarios deberían renunciar por incompetentes o algo peor....
El Opinador
El opinador
El Universal, Caracas, 12 de marzo de 2012
Carlos Machado Allison
Quienes tenemos un espacio en los medios de comunicación enfrentamos un oficio complejo y con frecuencia lo que se escribe no es bien recibido por una proporción de los lectores, mientras que otra, no menos importante, desearía que uno le diera respuesta a sus inquietudes.
Tal cosa es imposible, especialmente cuando las inquietudes son tantas como las que nos abruman en este momento. El columnista opina, no posee una bola de cristal y tampoco domina todos los temas, lo que aspira es estimular reflexiones sobre lo que acontece. En los últimos tres meses, gracias al secreto oficial, buena parte de los venezolanos han tenido su atención centrada en la salud del Presidente o en las consecuencias de la misma, pero por razones muy distintas. Unos por el temor de perder sus prebendas, ingresos o canonjías, otros por el miedo de no tener acceso a las mismas o, peor aún, a perder el empleo, no recibir un aumento de sueldo, no encontrar la comida o las medicinas indispensables. Domina la incertidumbre, corren los rumores más disímiles, aumenta la venta de ansiolíticos y adivinadores, astrólogos y similares viven su mejor momento. Mientras tanto el país cae en picada porque cuando la incertidumbre domina, los inversionistas se retiran, las decisiones se postergan y parte de la sociedad se paraliza.
También es importante el contexto en el cual se expresa una opinión. La misma puede ser muy importante en un día, y dejar de serlo en la siguiente década. En su momento, el estado de salud y deceso de Franco, Stalin, Tito, Mao, Gómez, Roosvelt o Alejandro Magno, por citar algunos que enfermaron en el pináculo del poder, generó angustia e incertidumbre, tanto para seguidores como para opositores. Después quedó el registro histórico de lo trascendente y al olvido se sumieron las semanas o meses de la enfermedad, las noticias, silencios o especulaciones del momento. ¿Cuál será el impacto de Hugo Chávez? Sin duda importante, su figura estará presente por mucho tiempo. Apenas asomo la pregunta, la respuesta quedará a juicio de cada lector y de ese juez implacable que es el tiempo.
En cadena he escuchado testimonios que comienzan por el elogio, en muchos casos sincero: “padre, amor, heredero de Bolívar, el que se ocupó de nosotros, el que nunca morirá por que lo llevo en el corazón”. Luego, la agresión o la amenaza explícita contra “los secuaces del imperio, los golpistas, tengan cuidado los opositores, los estamos vigilando…”. El no comulgar con la doctrina es delito, la instigación al odio es evidente. También vale preguntar ¿Quién gana y quién pierde en éste juego de rumores, testimonios y especulaciones? No será el pueblo porque un sordo caos se asoma, un gobierno que aún no es, ya amedrenta y cuando tal cosa ocurre, casi siempre pierden todos. Entramos en una nueva etapa, la consolidación de lo vivido en la década pasada, o el reto de encontrar un nuevo rumbo por la única vía que conocemos: el voto y la democracia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)