jueves, 28 de marzo de 2013

Elecciones en Venezuela: Abril de 2013

Abril, un mes crítico

Carlos Machado Allison

Como consecuencia del fallecimiento del Presidente Electo, se han convocado elecciones presidenciales para el próximo 14 de abril. La oposición unida presenta como candidato, por segunda vez, a Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda y ex-alcalde del Municipio Baruta. El PSUV, siguiendo el testamento político de Hugo Chávez, ha lanzado al ruedo a Nicolás Maduro. El primero cuenta con el apoyo de la MUD que a su vez agrupa un elevado número de partidos políticos y grupos de electores; el segundo al PSUV, el Partido Comunista, el MEP y otros grupos de izquierda.

Maduro hereda de su antecesor 14 años de inflación, inseguridad personal, atentados contra la propiedad, crecimiento monumental del aparato burocrático y del número de empresas del Estado. La deuda pública ha crecido en una magnitud inimaginable en un país que ha recibido miles de millones de dólares gracias al elevado precio del petróleo. También hereda una política exterior con nuevos amigos (Cuba, Irán, Siria, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Uruguay, Bielorusia, Rusia, Corea del Norte) y conflictos, oscilantes en magnitud y duración, con los Estados Unidos, Inglaterra, México, Chile, Colombia, Honduras, Paraguay y otros. También hereda un deterioro importante en la producción industrial y agrícola, un crecimiento notable en las importaciones, acompañados por devaluación de la moneda, control de cambio, control de precios y un expediente terrible en materia judicial, educativa y de intolerancia ideológica. También hereda, y hay que admitirlo, un crecimiento en la disponibilidad de alimentos -gracias a la importación-reducción de la pobreza extrema y una política habitacional que comenzó a dar frutos tardíos, pero electoralmente atractivos en el año 2012. Su campaña estará basada en la carismática imagen de Hugo Chávez.

También hereda el apoyo de todos los poderes públicos que, sin rubor, han puesto a su disposición, como lo hicieron en el pasado, enormes recursos a pesar de que tal conducta viola la Constitución.

Capriles representa valores tradicionales, una gran sensibilidad social y en su paso por la gobernación de Miranda ha dejado una buena imagen en materia de vivienda popular, educación y servicios sociales. Tendrá el apoyo de la izquierda moderada, socialdemócratas, socialcristianos, grupos del centro, buena parte de la clase media, profesores, maestros, escritores, artistas y la gran mayoría de los comerciantes, industriales y productores agrícolas. Representa la no-reelección, la libertad de expresión, un Estado más pequeño y eficiente, firmes derechos de propiedad, libertad de comercio y estímulo a la producción nacional de bienes y servicios por parte del sector privado.

En síntesis el populismo socialista vs la democracia moderna.
Lágrimas de sangre

Carlos Machado Allison

Vamos a llorar lágrimas de sangre dijo el economista José Guerra y en otros términos, pero con el mismo sentido, se han pronunciado los economistas, politólogos y analistas más destacados. Creo que sólo se equivocan en el tiempo verbal porque que ya estamos llorando al ver billetes convertidos en humo cuando vamos al mercado, a la farmacia o al pagar la factura de algún servicio. El señor Maduro ignora esas cosas, sólo se ocupa de revoluciones, evocaciones del líder que ya no está, e improperios hacia la oposición.

¿Qué quiere la gente? ¿Qué aspira cuando atisba hacia el futuro? Pues pocas y precisas son las ambiciones que nos quedan, las otras, tan diversas como lo que cada individuo o familia quiere, o se han venido a menos, o han desaparecido. Es tan poquito lo que queremos en éste país disminuido, que a veces me siento transportado hacia un remoto pasado. La gran mayoría de los venezolanos aspira llegar vivo a su casa, tenerle confianza a la policía o a las fuerzas armadas. No le sirven discursitos patrioteros, evocaciones a Negro I y menos aún, las loas genuflexas a la minusválida isla del Caribe que hacen de nuestra soberanía un chiste. La mayoría ya no aguanta ni la inflación, ni la escasez, la inexistencia de una oferta de trabajo digno y bien remunerado. Tampoco aguantan la mala atención hospitalaria, los huecos en las calles y el caos de las ciudades.

Catorce años del socialismo del siglo XXI, corrupción y pillaje han dejado al país vuelto un asco. Lo que queda de la educación, atrasada, mediatizada e ideologizada, hace que nuestro futuro esté comprometido. La agricultura, la industria y las universidades, maltrechas. El país endeudado y azotado por un enjambre de jejenes que nos chupan la sangre. Maiquetía vista como puerto de escape y algunos frustrados, ya no saben a quien culpar de su desgracia. Los optimistas creen que el gobierno aprendió lecciones y que si gana Maduro, habrá un viraje en las políticas. Otros están conscientes de la inexistencia de rutas fáciles o loterías y que el cambio hay que ganarlo a través de votos y participación activa en el proceso electoral.

Hay quién piensa que somos imbéciles o masoquistas. ¿Es usted masoquista o imbécil? ¿No entiende que si no se transforma en un ciudadano activo puede perder bienes, amores y valores? ¿Le gusta seguir las órdenes que vienen de La Habana? ¿Disfruta cuando las estadísticas nos colocan entre los países fallidos, las economías de menor desarrollo, los menos competitivos y como si fuera poco como uno de los sitios más peligrosos del planeta?  Pues diga que no, que no es imbécil, que quiere a su país, a su familia y a sí mismo. Queda menos de un mes y el 14 de abril no se puede quedar nadie en su casa llorando lágrimas de sangre o de cocodrilo. Capriles no es un caudillo, de ésos ya tuvimos bastante, es el comienzo de un camino, pero eso, está en tus manos.

No importa si eres joven o viejo, porque nadie va a hacer tu trabajo.

cemacallison@gmail.com