Incluidos y excluidos
El Universal, 5 de junio de 2012
Carlos Machado Allison
Aunque el actual gobierno se jacta y usa con propósitos electorales la palabra “incluyente”, es posiblemente el más excluyente de todos los que ha tenido Venezuela y el menos democrático. Las Naciones Unidas acordaron que una democracia incluyente está basada en el “principio de que el poder político se distribuye y comparte de diversas formas, para proteger a las minorías y para garantizar la participación y la libre expresión de todos los ciudadanos, hace hincapié en la calidad de la representación tratando de lograr el consenso y la inclusión, no mediante la fuerza electoral bruta de la mayoría. Una democracia incluyente valora también la necesidad de promover las organizaciones de la sociedad civil, los medios de difusión abiertos, la política económica orientada hacia los derechos y la separación de poderes.” (UNDP, 2000).
El concepto de incluyente que maneja nuestro gobierno es otro. Sus voceros son sinceros al señalar que no trajinan la ruta democrática, sino la del autoritarismo socialista, en el que es natural la exclusión, a través de obstáculos e incluso leyes, que le limitan a sectores de la población la vida económica, social o política. Los ejemplos abundan. La mayoría de los venezolanos, en particular los pobres, están excluidos de las leyes penales, tanto que dos de cada tres encarcelados no ha sido sentenciado y carece de derechos humanos. Con los derechos de propiedad ocurre lo mismo, si usted pertenece al partido de gobierno o tiene buenos amigos allí, sus propiedades están a salvo. Por el contrario si es pobre, carece de ellos y si no está vinculado al gobierno el riesgo de perder lo que posee es grande.
El comercio también es excluyente, sólo algunos tienen derecho a importar vehículos, alimentos, electrodomésticos o medicamentos y esos son aquellos a quienes el gobierno les otorga una licencia de importación y acceso a divisas. Usted, amable lector, no puede hacer nada de estas cosas, es un excluido, salvo que sea el privilegiado poseedor de una licencia. Estamos obligados a ahorrar en bolívares, es decir condenados a perder el patrimonio a una tasa similar a la de la inflación, 25% o más por año. Estamos excluidos de miles de millones de seres humanos que ahorran en dólares, euros, yenes o libras. Existen algunos incluidos que, a través de los laberintos gubernamentales, obtienen monedas duras poco propensas a devaluarse. Existe una cosa llamada Seguridad Social a la cual se cotiza para tener acceso a la salud y a una pensión. Pues la gran mayoría de los venezolanos están excluidos del sistema y todos están excluidos del sistema de protección personal, salvo quienes por estar en el gobierno poseen escoltas personales y vehículos blindados.
Tenemos elecciones, pero se excluye al pueblo una vez que se posee el poder. La participación política está mediatizada, los medios están sujetos a las licencias que otorga o quita el ejecutivo, no existe transparencia, ni rendición de cuentas, no existe separación entre los poderes del Estado. “Los países incluyentes tienen éxito, los restantes fracasan” (Hugo Faría).
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