Hace pocos días el Consejo Universitario de la UCV decidió limitar el acceso a la Ciudad Universitaria entre las 11 PM y las 5 AM. ¿Razones? La seguridad de personas y bienes a través del deseable control en las amplias zonas de acceso a la universidad. Así como cualquier ciudadano que cierra con llave su puerta para evitar el acceso de los hampones, así como existen limitaciones para entrar al Palacio de Miraflores, del mismo modo en que es necesario cerrar la puerta de nuestro vehículo o bajar la santamaría de un abasto, en ésta ciudad donde la inseguridad es la norma.
Desde luego aquellos que mantienen la filosofía de "lo mío, es mío y también los bienes comunes y todo lo que esté a mi alcance" trataron de impedir que la UCV ejerciera su autonomía y se juntaron a sus puertas para impedir la acción de las autoridades. Pero la UCV sí tiene quien la defienda y allí estaban algunos profesores, entre ellos, mi hermano Antonio Machado Allison, ya jubilado y como quien escribe estas líneas, con suficiente edad como para ser considerados ciudadanos de la tercera edad.
La barra que limita la entrada a los vehículos se transformó en el símbolo de la discusión entre los enemigos de la autonomía y los que la defienden. Al final el que empujaba la barra hacia arriba y a pesar de su juventud, terminó sobándose la oreja ante la firme decisión de los docentes que mantuvieron la barra abajo.
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